Según cifras de la Junaeb el 18% de los escolares en Chile son obesos, además una cifra no menor de la población infantil tiene sobrepeso y es sedentaria. Ante esta situación alarmante el Ministerio de Salud propone aumentar los impuestos a la comida rica en grasas como una medida para combatir la obesidad en la población escolar, a su vez, estos recursos obtenidos a través de los impuestos serán invertidos en la reconstrucción del país. Sin embargo, el problema de la obesidad y el sobrepeso se enfoca principalmente en los hábitos de alimentación formados a los niños menores y son estos el foco al que se deben dirigir las medidas del MINSAL.
No es una novedad que la sociedad chilena es una gran consumidora de la llamada “comida chatarra”, los locales de venta han aumentado significativamente durante la última década, así como también han aumentado las personas dispuestas a consumir este tipo de alimentos. Las razones que refieren los consumidores de comida rápida para preferirla son por su bajo costo, la saciedad inmediata que les otorga y su fácil acceso, la venta de comida chatarra se puede extender desde una cadena reconocida de estos locales hasta el mismo quiosco del colegio al que asisten nuestros escolares. El principal riesgo que conlleva la comida rápida es su alto contenido de grasas, que sumado al sedentarismo creciente de la población infantil, pueden generar sobrepeso, obesidad y enfermedades asociadas, como hipertensión o diabetes.
Aumentar los impuestos de la comida rica en grasas puede ser para muchos la solución al incremento de la tasa de obesidad en Chile, es posible pensar que sólo con esta medida las personas reaccionaran y disminuirán el consumo de este tipo de alimentos dañinos para la salud. Pero la comida chatarra no es la principal causa de los problemas de sobrepeso en la población infantil y adulta, y por ello, no es la situación prioritaria por mejorar. La mala alimentación se origina debido a los pésimos hábitos que se crean desde la niñez y se extienden durante toda la vida, estos son por ejemplo: comer a deshoras, la preferencia por alimentos calóricos por sobre frutas y verduras, bajo consumo de agua, entre otros. Además la baja actividad física que se suma a estas situaciones tiende a ser un gran factor de riesgo en el desarrollo de sobrepeso y obesidad.
Por último, si bien el uso de los recursos obtenidos con los impuestos están destinados a una buena causa como es la reconstrucción de Chile, existen otros métodos igual de eficaces para lograr este propósito y no implicar un tema trascendental como es la alimentación de la población.
Si la mejora de los hábitos de alimentación y la promoción de actividad física no son los principales focos a la hora de planificar estrategias preventivas para la salud de la población, aunque suban los impuestos a la comida más dañina que ofrece el mercado, no se verá una sustancial mejora en los hábitos de alimentación de la sociedad chilena y principalmente en el grupo de escolares, ya que no se estará actuando sobre el origen del problema que se intenta solucionar.