viernes, 16 de julio de 2010

América

Las tierras pisadas con aquellos pies descalzos
fueron interrumpidas por el hombre y sus botas de cuero negro.
La sangre derramada en los senderos,
fue sepultada por las herraduras de los caballos,
y se hicieron caminos
y de ellos ciudades y países,
se crearon reyes y coronas espinosas,
y humanos de razas y linajes.

Se le dio un nombre al dueño y el puesto al esclavo,
y se le pasó a éste una pala y un rastrillo,
para que labrara la tierra de sus ancestros,
cubriendo el sudor derramado por el indígena para obtener su cosecha.
Zarparon profesores y obispado,
cobradores de impuestos y abogados proclamando sus leyes,
se castigó al que robó por hambre mas no al que lo hizo por avaricia
y todo lo que no encajó
se adjudicó a la voluntad del Señor.

El hombre siguió forjando
y no se cansó con puentes ni palacios,
debió cobrar con piel el vació de sus certezas,
provocó oleajes de ira y desesperanza
y alzó su poder con dictaduras y metralletas.
Pero tampoco fueron suficientes las riquezas, las guerras o los imputados.

Entonces alguien sugirió luchar por la libertad,
se desvió de normas y convenciones,
llamó a las multitudes a luchar por la información
y a tratar a sus iguales como hermanos,
pero a aquel se le considero loco e inconciente
y fue acallado y abortado de la sociedad,
porque su gente se acostumbro a vivir como lo hace un sirviente:
entregaron a los dueños de las tierras sus calles, sus casas y su buena voluntad,
cedieron a sus hijos y sus escuelas,
el pueblo vendió su agua y su leña,
puso precio a sus frutos y educo a sus niñas
para servir al que llegara de visita
a interrumpir esta tierra descalza.

Y los humanos se olvidaron de las penas y calamidades,
Continuaron construyendo puentes y fortaleciendo sus cadenas,
las cosechas crecieron sobre los cuerpos de la gente olvidada
y el humo de la leña cubrió los cielos de cenizas.
Dentro del vientre fecundo de la tierra
aún se escucha el grito de la mujer y el indígena,
el sabor de la sangre derramada, la misma que olió el joven que soñó la libertad.
Hay quien de vez en cuando presiente el murmullo de la tierra
y asciende en sus venas el fuego de la historia,
pero se debe seguir labrando en silencio,
porque falta dinero para el pan y para guardar las apariencias,
Porque el amo desde su torre observa la nueva cosecha.

viernes, 2 de julio de 2010

hay que ponerle titulo? ¬¬ como si la vida lo tuviera

Cuando Macarena Zúñiga se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertida en un monstruoso insecto. Estaba tumbada sobre su espalda dura, y en forma de caparazón y, al levantar un poco la cabeza veía un vientre abombado, parduzco, dividido por partes duras en forma de arco, sobre cuya protuberancia apenas podía mantenerse el cobertor, a punto ya de resbalar al suelo. Sus muchas patas, ridículamente pequeñas en comparación con el resto de su tamaño, le vibraban desamparadas ante los ojos.

- Kafka (versión original)

PD: caminare entonces con el titulo en mi cabeza