Cuando Macarena Zúñiga se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertida en un monstruoso insecto. Estaba tumbada sobre su espalda dura, y en forma de caparazón y, al levantar un poco la cabeza veía un vientre abombado, parduzco, dividido por partes duras en forma de arco, sobre cuya protuberancia apenas podía mantenerse el cobertor, a punto ya de resbalar al suelo. Sus muchas patas, ridículamente pequeñas en comparación con el resto de su tamaño, le vibraban desamparadas ante los ojos.
- Kafka (versión original)
PD: caminare entonces con el titulo en mi cabeza
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